¿A dónde va el peso?

La idea de que la mujer embarazada debe de comer por dos se queda en tiempos pasados. Es un hecho que si la madre cuida su peso en el embarazo marcara la salud de su hijo a largo plazo. Los países desarrollados están sufriendo una epidemia de obesidad, de la cual, por supuesto, no están exentas las mujeres embarazadas.

Dependiendo del grado de sobrepeso que tenga la mujer al entrar en el embarazo el doctor establecerá cuantos kilos son recomendables ganar. Se recomienda que la mujer embrazada aumente de 7 a 11 kilos, necesarios para contribuir a la ganancia ponderal del bebe. No obstante, en la paciente con sobrepeso y principalmente en la obesa no se acepta el mismo aumento de peso que en la embarazada que no presenta este problema.

Muchos pacientes me hablan para decirme: estoy embarazada! ¿qué como para garantizar la salud de mi bebe?. Los primeros tres meses es como si no estuvieras embarazada, NO necesitas aumentar la cantidad en tu comida, solo debes de comer sano. Después de las 20 semanas de embarazo, hay que estar atenta a un aumento repentino de peso, ya que si va acompañado de hinchazón en pies, manos y rostro puede desarrollar preclampsia, es decir, presión arterial elevada.

En el pasado, era común la restricción de la sal para las embarazadas con retención de líquidos. Sin embargo, cuando ésta retención es moderada se trata de una consecuencia normal del embarazo y no se debe tratar con dietas bajas en sodio. De hecho, hay estudios que tratan sobre la hiponatremia neonatal, niveles bajos de sodio en sangre, que se ha observado en recién nacidos de mujeres que restringen indebidamente el consumo de sal durante el embarazo; aquí lo recomendable es eliminar las harinas. Por tanto, si bien la moderación en el consumo de sal y otros alimentos ricos en sodio es una recomendación apropiada para todas las etapas de la vida, la restricción radical no es conveniente durante el embarazo.

Para no excederse en el consumo de sal:

– En la mesa, no añadir más sal a los alimentos si éstos ya están cocinados con sal. Utilizar saleros con agujeros pequeños.

– Eliminar alimentos procesados como las sopas de sobres, alimentos congelados, enlatados, frituras y refrescos.

– Evitar usar condimentos que contengan sal como el caldo de pollo, y sustituirlos por especias como la pimienta, jugo de limón, ajo fresco o polvo de ajo o de cebolla, jengibre, albahaca, etc.