Embarazo y Cambios Fisiológicos
Los cambios gestacionales en el organismo de la madre son amplios, intensos y duraderos (se mantienen hasta 6 semanas post-parto) y consiguen un ambiente adecuado al desarrollo del embarazo, sin comprometer la salud de la mujer sana.
Cambios Cardiovasculares
Volumen Vascular: El volumen total de sangre en el cuerpo aumenta durante el embarazo, un 40% superior al valor previo a la gestación.
Presión arterial: Disminuye los primeros dos trimestres y se eleva progresivamente durante el tercer trimestre para luego situarse en valores normales. Esto sucede a que hay una disminución en la resistencia de las paredes de las arterias, causada por la acción relajante de la progesterona. La presión venosa aumenta en las piernas debido a la compresión de la vena cava inferior por el útero aumentado de tamaño, pudiendo causar hinchazón en extremidades inferiores.
Tamaño del corazón: La posición del corazón se ve afectada por la progresiva elevación del diafragma causada por el útero en crecimiento (el diafragma es el tejido formado por músculos y tendones que separa la cavidad abdominal de la torácica). Esto produce un desplazamiento del corazón hacia adelante y con tendencia a hacerse más horizontal.
Glóbulos rojos: Aumentan en cantidad, pero ya que el volumen de líquidos aumenta más que éstos, se producen una anemia relativa por dilución.
Glóbulos blancos: Se aprecia un aumento de leucocitos, las células que nos ayudan a combatir los virus y bacterias en nuestro cuerpo.
Coagulación: Aumentan las plaquetas, las células encargadas de formar coágulos con el fin de evitar el desangramiento.
Cambios Pulmonares
Se produce un aumento del consumo de oxígeno.
Cambios del aparato urinario
El riñón aumenta de tamaño ligeramente. Tiene lugar un retraso en la eliminación urinaria, que puede condicionar fácilmente a infecciones, y una disminución en la eficacia del esfínter uretral que puede provocar una cierta incontinencia.
Cambios del aparato digestivo
Tracto gastrointestinal: En la cavidad bucal las encías están congestionadas y aumentadas de tamaño, pudiendo existir sangrados frecuentes.
La progesterona produce relajación de la musculatura intestinal disminuyendo los movimientos intestinales, favoreciendo el reflujo, la acidez y el estreñimiento.
Hígado: Hay un aumento de colesterol y triglicéridos, se cree tenga relación con la presencia y la acción de los estrógenos en el estado de embarazo.
Cambios metabólicos
Se produce un aumento del 20% del metabolismo basal
Primera mitad del embarazo: Las hormonas en esta fase facilitan la lipogénesis (el aumento de la producción de grasa). Los niveles de azúcar en la sangre suelen estar disminuidos ya que en este periodo la glucosa se “saca” de la sangre para “guardarla” en los tejidos y tenerla de reserva.
Segunda mitad del embarazo: En este periodo se favorece la lipólisis (proceso que destruye las grasas) y la hiperglicemia, o concentraciones de glucosa en sangre elevadas, esto se debe a que, la glucosa que se guardó, se libera ahora para que le llegue al feto. En este estadio también es frecuente observar una deficiencia de minerales.
Cambios mamarios: La prolactina es la hormona fundamental para la lactancia. A lo largo del embarazo, los estrógenos y la progesterona preparan las glándulas mamarias para su función, La caída de estas hormonas tras el parto, permite el comienzo de la secreción láctea.
Aumento de peso: La mayor parte del peso durante el embarazo es atribuible al aumento del tamaño uterino y a su contenido. Se acepta como incremento de peso ideal 1 kg por mes.
Cambios endocrinológicos
Tiroides: Hay un aumento de tamaño y una sobre-estimulación tiroidea.
Páncreas: Hay un crecimiento de la glándula. Tras los alimentos, se ocasiona una hiperglicemia con aumento prolongado de la secreción de insulina para asegurar el aporte al feto.
Glándulas suprarrenales: Hay un aumento de cortisol y de sodio.
Cambios dermatológicos
Aparecen estrías gravídicas en la parte inferior del abdomen, de color violáceas. Es frecuente la hiperpigmentación en cara, cuello, ombligo y areolas.
Si bien estos cambios están perfectamente diseñados para lograr un embarazo óptimo y pleno, queda clara la posibilidad de que generen algunas molestias durante la gestación. Para poder contrarrestar algunos de los síntomas que pudieran presentarse recomendamos mantener una dieta balanceada durante el embarazo con el fin de: 1) no presentar un aumento excesivo de peso, condición que podría agravar los síntomas presentados, 2) saltearse comidas y/o dejar muchas horas entre éstas puede condicionar hipoglicemias importantes, esto es, bajas de azúcar, pudiendo traer consigo sensación de debilidad, desmayo o mareos. También recomendamos emplear medidas como: dormir sobre el lado izquierdo para evitar la compresión de la vena cava por el útero y de ésta manera mejorar la circulación, la oxigenación y a la vez, disminuir las probabilidades de presentar hinchazón en las piernas. Tomar muchos líquidos puede beneficiar a mejorar la presión arterial, y con esto, la sensación de mareos o desmayo.
Fuente: Manual CTO de Medicina y Cirugía. (2011). Ginecología y Obstetricia. 8ava edición. (pp 73-77). España. Editorial CTO.